“Como la topografía, la práctica fonográfica, entendida como la grabación de campo o la captura de paisajes sonoros representativos de ciertos entornos, intenta someter una realidad compleja, una serie de “pliegues” y “relieves” que configuran un lugar, a unas coordenadas. Pero toda forma de representación, ya sea sonora o visual, es al mismo tiempo una herramienta que permite generar nuevos significados. Partiendo de esta idea topofonográfica quiero analizar la relación que existe entre el sonido y el lugar, entre el fonos y el topos, desde un enfoque transversal que va de la antropología al arte sonoro.”
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