Arte sonoro y escucha activa: entrevista al colectivo Escoitar
Escoitar es un colectivo gallego que desarrolla su trabajo en torno al fenómeno sonoro, la escucha activo y la experiencia aural. Tuvimos la suerte de contar con ellos en la escuela durante una semana, en la que realizaron diferentes talleres tanto para los alumnos del Título Superior de Diseño Gráfico y para los alumnos del curso de Un Año de Artes Digitales y Diseño de Experiencias. Aprovechamos la ocasión para conocerles un poco más y plantearles unas preguntas.
¿Cómo definiríais a Escoitar?
Escoitar era un colectivo fundado bajo las premisas de investigar sobre la posibilidad de determinar la identidad sonora de Galicia y de reflexionar entorno a las relaciones que establecen entre si cuatro conceptos básicos: sonido, identidad, memoria y lugar. Aunque llevamos mucho tiempo trabajando en el proyecto, o precisamente por eso (desde el año 2006 hacen ya 9 años) ahora ya no sabemos muy bien lo que es Escoitar. Detrás del colectivo hay una idea muy clara, la de fomentar el fenómeno sonoro, así como una extensa trayectoria, pero durante los últimos años nuestra actividad se ha polarizado fragmentándose en diversos proyectos paralelos en los que participan distintos miembros del colectivo junto a otros artistas y colectivos como noTours, Ulobit o Pumpún.
Dado vuestra larga trayectoria como colectivo, ¿cuáles han sido los proyectos que más habéis disfrutado?
La verdad es que el proyecto que más estamos disfrutando últimamente es Ulobit, una formación musical basada en la improvisación y la experimentación, que se mueve entre el error sonoro/visual, la música incidental y los ritmos minimalistas. Junto con Ariel Ninas, mezclamos electrónica, live cinema y zanfona, un instrumento medieval. Hace un par de años, Xoán-Xil, que tiene un oscuro pasado como músico pop, quería recuperar un poco el placer de tocar en vivo y desarrollar una propuesta de música electrónica y vídeo en la que pudiésemos experimentar y a la vez divertirnos. En el primer concierto tuvimos la suerte de cruzarnos con Ariel Ninas y su zanfona, el cruce resultó extraordinario. Desde entonces tocamos juntos y aunque la propuesta es bastante experimental y rara de cuidado, en los conciertos el público siempre encuentra algo atractivo e interesante en ella y se produce una sinergia enorme.
Soléis plantear talleres en los que aunáis teoría y práctica, ¿cuál es la premisa principal que queréis comunicar?
Nosotros siempre hemos trabajado en el contexto de lo sonoro, en un sentido muy amplio, como una forma de conocimiento a la vez que de expresión. Cuando hablamos de lo sonoro no nos referimos a lo estrictamente musical, sino que incluimos todos aquellos sonidos que forman parte de nuestro entorno. En los talleres planteamos una aproximación a las diferentes propuestas artísticas o teóricas que trabajan con lo que desde los años 70 del siglo pasado se ha dado en llamar Paisaje Sonoro, pero, sobre todo, intentamos provocar un cambio en como organizamos nuestra escucha. Realmente se podría decir que el centro no es realmente el sonido sino la escucha. Así planteamos diferentes ejercicios y estrategias para entender cómo cualquier sonido puede adquirir sentidos o valores diferentes en función de nuestra actitud de escucha.
¿Qué metodología seguís para ello?
Siempre nos ha interesado el aspecto más lo-fi de la tecnología y la experimentación. Por ejemplo, no solemos insistir en las técnicas estándares de captación del sonido o en los procesos clásicos de procesamiento del sonido, sino que solemos proponer sobre todo proyectos propios y ajenos que consideramos que escapan de los estándares con el fin de que los alumnos exploten sus propios recursos. Creemos en la experimentación como el único ámbito de creación posible. En este sentido solemos plantear una serie de temas a tratar (fonografía, paisaje sonoro, técnicas de grabación, diseño de instalaciones sonoras…) pero rara vez lo que planteamos está cerrado. Si el tiempo lo permite, intentamos establecer desde el primer días un espacio en el que lo que explicamos responda a los intereses particulares de las personas que asisten a los talleres, especialmente si están trabajando en algún proyecto específico.
¿Qué destacaríais del resultado de estos talleres?
Aspiramos a que la gente que participa salga con una mentalidad diferente a la que entraron respecto al sonido. Que presten atención a todos esos “ruidos” que forman parte de nuestro entorno y que muchas veces pasan desapercibidos. Que se den cuenta del potencial que tienen y cómo pueden explotarlos en sus proyectos personales. No planteamos los talleres como un proceso hacia un resultado concreto ya que los perfiles y expectativas de los estudiantes suele ser muy variados. En realidad entendemos más nuestros talleres como un espacio para la experimentar escuchando, grabando, transformando…